En México, el narcotráfico ha sido retratado en la cultura popular como un camino rápido hacia el éxito y el reconocimiento. A través de series de televisión, canciones y corridos, se ha glorificado la vida de quienes se involucran en el crimen organizado, generando una imagen atractiva, especialmente para las generaciones más jóvenes que buscan mejorar su situación económica y social. Sin embargo, esta visión idealizada contrasta profundamente con la realidad.
Uno de los mitos más difundidos es la longevidad y el poder asociados a esta vida. La creencia de que quienes se involucran en el narcotráfico pueden disfrutar de una vida larga y próspera es, en realidad, una ilusión. Estudios muestran que la esperanza de vida para quienes se integran a este mundo es muy baja, con una edad promedio de muerte alrededor de los 30 años. Esto se debe a la violencia extrema a la que están expuestos, tanto por conflictos entre cárteles como por enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.