En los últimos años, hemos sido testigos de cómo los homicidios se han incrementado considerablemente en Sonora. Este es un delito de gran impacto entre la sociedad y tiene efectos que van más allá de perder la vida, puesto que la ausencia de una víctima también repercute en su familia, sus amistades y la comunidad. A ellos podríamos describirlos como “víctimas secundarias”.
De acuerdo con el Código Penal del Estado de Sonora, en su capítulo 2, derivado de la investigación que el Ministerio Público realice, este crimen se puede clasificar en dos tipos: como homicidio doloso, cuando quien lo comete así lo decidió, y como homicidio culposo, que sucede cuando alguien le quita la vida a otra persona sin haber tenido la intención de hacerlo.