El reciente artículo ‘Morir es un alivio’: 33 exnarcos explican por qué fracasa la guerra contra la droga en México de Karina G. Garcia Reyes, muestra que la pobreza y la desigualdad son factores que inciden en la iniciación de prácticas ilícitas.
Se asume que la gente pobre no tiene futuro y por lo tanto no tiene nada que perder…”
En Sonora, también encontramos pobreza
y desigualdad:
· Los hogares con menores ingresos alcanzan $4,033.6 pesos mensuales en promedio (ENIGH 2018, INEGI).
· 11% de las viviendas de Sonora no cuentan con agua dentro de la vivienda; 7% no tienen drenaje (Encuesta Intercensal 2015, INEGI).
· 1 de cada 2 mujeres sonorenses ha enfrentado algún tipo de violencia cuando su pareja se enoja con ella (ENDIREH 2016, INEGI).
· 26.8% de la población de 15 años y más de Sonora tiene rezago educativo (analfabeta, sin primaria o secundaria concluida) (INEA, 2015).
· 16% de los alumnos de secundaria no lograron concluir sus estudios (SEP, ciclo 2018-2019).
· 14% de los alumnos de preparatoria abandonaron la escuela (SEP, ciclo 2018-2019).
Reflexionemos acerca de cómo nuestras oportunidades en la vida se encuentran profundamente condicionadas a nuestro entorno y experiencias, hagamos más para ayudar a quienes no las tienen, o en su caso pidamos ayuda para lograr alcanzar nuestros sueños y aspiraciones.