El incremento de la violencia en nuestro entorno familiar, escolar, y comunitario, es uno de los principales problemas que nos aqueja en la actualidad.
Nuestros niñas, niños y adolescentes están creciendo con prácticas de maltrato físico y emocional, así como de abuso físico, sexual o negligencia, entre otras.
Considerando que el lugar más seguro que pueden tener nuestros hijos es dentro del hogar y con su familia, entonces debemos de tomar estos datos como una señal de que algo no está funcionando correctamente en nuestra sociedad.
Las niñas, niños y adolescentes enfrentan situaciones de vulnerabilidad a manos de sus padres, cuidadores, amistades o parejas sentimentales, por lo que muchas veces han llegado a normalizar la violencia, lo que trae consigo un gran impacto en su autoestima y con ello la limitación de capacidades que inciden en su desarrollo.
Es nuestra responsabilidad como padres de familia o tutores velar por su protección y seguridad. Hay que promover un sano desarrollo infantil, normas de convivencia, formación y educación que mejoren el ambiente familiar, escolar y comunitario.
Hoy en día hay muchas maneras de ayudarnos para lograr lo anterior. La UNICEF México implementó el programa “Redes para la Vida: Salud Comunitaria” con el objetivo de contribuir en la prevención y atención de la violencia hacia las niñas, niños y adolescentes.
El programa promueve el fortalecimiento de los entornos familiares a través de herramientas de parentalidad positiva y construcción de una cultura de paz en el hogar.
Nadie nace sabiendo ser padre, pero por nuestros hijos, pidamos ayuda, busquemos conocimientos que nos ayuden a garantizar que tengan un hogar libre de violencia.